En la jornada de hoy, mientras participaba en la clase de
soportes tecnológicos, me encontré sumergido en una actividad que despertó un
torrente de emociones dentro de mí. El desafío era escribir sobre un
planteamiento que despertara miedo en mi persona, y encontré que este se
materializaba en las palabras de mi profesor: su confesión sobre el miedo a
morir en moto.
Esta revelación, inesperada y franca, me conmovió
profundamente. Observando al profesor, un hombre de semblante sereno y seguro,
era difícil imaginarlo enfrentando el peligro mortal de un accidente en su
motocicleta. Sin embargo, su confesión desgarradora me llevó a considerar las
posibles circunstancias que podrían haber desencadenado este temor en él.
Mi mente divagó por diferentes escenarios, desde un
encuentro con un conductor imprudente hasta una reflexión profunda sobre la
fragilidad de la vida. Me pregunté qué pensamientos habrían atravesado su mente
en esos momentos de crisis, cuando la realidad de su mortalidad se hizo
palpable. Imaginé su preocupación por su familia, sus hijos, su trabajo y todas
las cosas que había pospuesto y dejado pendientes para después.
Fue entonces cuando comprendí la profundidad de su mensaje.
Más allá de su miedo personal, el profesor Álvarez nos estaba incitando a
todos, sus alumnos, a reflexionar sobre nuestras propias vidas y prioridades.
Nos recordaba la importancia de vivir cada día con plenitud, de expresar
nuestros sentimientos, perseguir nuestros sueños y disfrutar de cada momento
sin remordimientos ni culpas.
La actividad nos invitaba a explorar la idea de la
mortalidad y la urgencia de vivir una vida auténtica y significativa. Nos
recordaba que la vida es efímera y preciosa, y que debemos aprovecharla al
máximo mientras tengamos la oportunidad. Así, el mensaje del profesor resonó en
mí como un recordatorio poderoso de la importancia de vivir sin reservas, de
abrazar cada oportunidad y de buscar la felicidad en cada instante.
Considero que es una idea creíble pero al escribirlo mismo doble vez toda su historia me genero una pequeña confusión, además de que puedo detectar que fue generado con inteligencia artificial, pero empatizo con tu nobleza al pensar y preocuparte por como se siente el docente.
ResponderEliminarCoincido con el comentario de Miss Dul, me fue algo confusa la redacción, sentí que volvía a leer lo que ya estaba escrito, claro con otras palabras.
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